viernes, 16 de enero de 2009

El Caballo y yo


Hay frases o refranes populares que pueden ser considerados hasta campesinos, pero !Cuánta sabiduría encierran! Digo esto por uno que mi padre mencionaba con frecuencia:


Al amigo y al caballo

hay que llevarlos despacio


Esta frase se refiere un poco a las exigencias que solemos hacer a los amigos desmedidamente. Pero para ilustrar mejor el asunto, me referiré a una experiencia que tuve con un caballo.


Me encontraba realizando una excursión a la Cueva Fun Fun ubicada en Hato Mayor. Hay un tramo que debe ser recorrido a caballo para llegar a la entrada de la cueva en cuestión, dentro de la cual nos deslizaríamos a rappel. Sucedió que en el camino de ida mi caballo fue el más lento de todos, y para poder provocar el más mínimo movimiento en él tenía que andar con una varita dándole "fuetazos". Pues de regreso al rancho las cosas sucedieron un poco diferentes, el que me llevaba a "fuetazos" era el caballo quien decidió utilizar toda la velocidad ahorrada en el anterior trayecto. Mis pies se salieron de los estribos a pesar de haber puesto en práctica toda la habilidad ecuestre de que pude hacer acopio. Me estrellaría en cualquier momento cuando, como si fuera en cámara lenta, vi que un jinete al que le pasaba por el lado, me tendió los brazos con intenciones de ayudarme. Y ¿qué creen que hice? Sin un segundo de reflexión me lancé hacia él con el caballo en movimiento.


Ya dirán ustedes: "¿Pero y esta vaquera? Ni en el Viejo Oeste..." Pero la maniobra no fue tan exitosa como en las películas de John Wayne. Al final, el muchacho no me pudo sostener y terminé cayendo de igual modo, aunque no a la velocidad que el caballo me hubiese lanzado. Quedé con algunos rasguños y con una anécdota que provocó y sigue provocando las más hilarantes risas. Por suerte.


No se si entendieron la similitud entre el refrán y la historia. Para mi, ambas se superponen, conformando un solo significado.

2 comentarios:

pvilas dijo...

Hey!!!
Primero, menos mal que los resultados de la caída no fueron mayores. Eres muy afortunada. Gracias a Dios tu instinto de auto rescate se activo y el muchacho te "suavizó" la caída... porque quién sabe a dónde hubieras ido a parar si te quedabas en pánico sobre el caballo.
Segundo, jAjAjAjAjAjAjAjAjAjA!!!!

Anónimo dijo...

Veo claramente la similitud entre la historia y el refrán... debemos aprender que cada quien tiene su propio ritmo y camino, la cuestión está en saber cuando usar la varita y cuando no forzar con exigencias más alla de lo exigible particularmente sea el caso... en fin, me encantó la historia LOL y muy bueno el refrán... me encantan los refranes y tengo un babaje en mi subconciencia que hasta yo mismo me soprendo cuando me salen...