lunes, 18 de mayo de 2009

Un beso sin final

Senza fine

Tu trascini la nostra vita

Senza un attimo di respiro

Per sognare

Per potere ricordare

Cio che abbiamo gia vissuto

Senza fine

Tu sei un attimo senza fine

Non hai ieri

Non hai domani

Tutto e ormai nelle tue mani

Mani grandi

Mani senza fine

Non m'importa della luna

Non m'importa delle stelle

Tu per me sei luna e stelle

Tu per me sei sole e cielo

Tu per me sei tutto quanto

Tutto quanto ivoglio avere

Traducción:

Sin fin/ tu eternizas nuestra vida/ sin un instante de respiro/ para soñar/ para poder recordar/ lo que ya hemos vivido.Sin fin/ tu eres un instante sin fin/ no tienes ayer/ no tienes mañana/ todo es por ahora en tus manos/ manos grandes/ manos sin fin.No me importa la luna/ no me importan las estrellas/ tu para mi eres luna y estrellas/ tu para mi eres sol y cielo/ tu para mi eres todo lo que/ todo lo que quiero tener.

¿Quién soy?



Este fragmento de la película "Mi vida sin mí" tiene la respuesta.

Se nos fue el mito discretísimo




El que pasea sus ojos por los escritos desde el nacimiento de este blog encontrará una constante: la presencia de los poemas de Mario Benedetti. Y es que a pesar de la brecha de tiempo, distancia, generación y todo lo demás, este señor tenía la habilidad de expresar los vaivenes de mi corazón.


Es por todo esto que hoy ese mismo corazón que tanto se identificaba nota su falta y un sentimiento dual lo invade: pena por su partida y gozo porque mantuvo una vida tan productiva. Hasta el último momento de sus 88 años se mantuvo escribiendo y actualmente estaba trabajando en un nuevo libro de poesía cuyo título provisional era 'Biografía para encontrarme'.


Como citara el website 20minutos.es: "La poesía, decía Benedetti, es "un altillo de almas", un "tragaluz para la utopía" y "un drenaje de la vida/ que enseña a no temer a la muerte".


"Cuando tengo una preocupación, un dolor o un amor tengo la suerte de poder transformarlo en poesía", afirmaba. Esa poesía se convirtió en el único báculo para afrontar sus últimos años, tras la muerte en 2006 de su esposa, Luz López, su compañera desde hacía más de seis décadas y su mejor crítico.


Se nos ha ido un grande pero nos deja una herencia invaluable, más de ochenta libros de poesía, novelas, cuentos y ensayos, así como de guiones de cine.


Y no puedo terminar este melancólico post sin un poema de Benedetti:

BALADA DEL MAL GENIO

Hay días en que siento una desgana
de mí, de ti, de todo lo que insiste en creerse
y me hallo solidariamente cretino
apto para que en mí vacilen los rencores
y nada me parezca un aceptable augurio.
Días en que abro el diario con el corazón en la boca
como si aguardara de veras que mi nombre
fuera a aparecer en los avisos fúnebres
seguido de la nómina de parientes y amigos
y de todo indócil personal a mis órdenes.
Hay días que ni siquiera son oscuros
días en que pierdo el rastro de mi pena
y resuelvo las palabras cruzadas
con una rabia hecha para otra ocasión
digamos, por ejemplo, para noches de insomnio.
Días en que uno sabe que hace mucho era bueno
bah tal vez no hace tanto que salía la luna
limpia como después de jabón perfumado
y aquello si era auténtica melancolía
y no este malsano, dulce aburrimiento.
Bueno, esta balada sólo es para avisarte
que en esos pocos días no me tomes en cuenta.

viernes, 8 de mayo de 2009

Mi angel


Cuando era niñita, de 3 o 4 años y el velo de la inocencia extrema me cubría, recuerdo pensaba que mi madre era un angel incubierto en la tierra (igual creía que todas las palomas blancas eran el Espíritu Santo).


Ahora que soy adulta, y las vueltas del mundo se han llevado la fantasía de la infancia, puedo ver claramente que en realidad Mami lo es.