Existe en algunas características del ser humano, una estrecha línea entre virtud y defecto. Algunas veces, cuando se asiste a ciertas entrevistas de trabajo y se somete al escrutinio del empleador le piden a uno que se describa, o que diga 5 de sus principales virtudes y 5 de los defectos. Es cuando, en mi caso particular todo parece cruzarse en mi casa de un bando al otro. ¿Es ser perfeccionista una virtud? ¿Es ser exigente un defecto? ¿La ambición es un defecto o una virtud?
En todo esto de las descripciones, no se si para bien o para mal, me he declarado una fisonomista. Tengo la facilidad natural para recordar y distinguir a las personas por su fisonomía. No olvido un rostro, aunque solo lo haya visto una sola vez en el supermercado. Esto me trae mucha confusión cuando al ver a alguien por segunda vez, aunque no hayamos interactuado nunca, mi mente empieza a buscar en los empolvados archivos de dónde conozco a dicho sujeto.
Un ejercicio mental constante y un poco agotador. Pero mucho más agotador es guardarme mi escrutinio sin revelar el proceso que se está llevando a cabo en mi cabeza, so pena de que la persona se sienta extrañamente observada. Debo reservar toda esa información para mi uso exclusivo para que las otras personas no me vean como una freak.
Así es como mi "cualidad" (?) de fisonomista puede resultar muchas veces muy útil y otras, muy embarazosa.
1 comentario:
Nunca le habia puesto nombre a esa habilidad (que cualidad no siempre es habilidad o defecto)... pero a mi me pasa lo mismo. Me gustó eso de fisonomista; no te imaginas la cantidad de gente que yo no conozco, pero que recuerdo perfectamente, jejeje.
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