Imagen cortesía de getty images
Primero, estuve viendo una película en la que sobresalía el hecho de que la protagonista (Cameron Díaz) no podía llorar, aunque se sintiera miserable no salían lágrimas de sus ojos, hasta el final en que claro (como toda película fresa) encuentra el amor verdadero y el poder perderlo le causa una extrema congoja. Esto me hizo reflexionar sobre la importancia de este mecanismo para manifestar una emoción que parece desbordarnos.
Ese mismo día, un poco más tarde, escuché una conversación en la que mi hermano (médico) explicaba cómo las lágrimas sobrantes iban por un conducto especial a la nariz. ¿Lágrimas que sobran? Mmmm interesante, pensé. Como estábamos en ambiente festivo no insistí más en el tema pero mi curiosidad no me dejó en paz y me llevó por los senderos de la red a buscar más información.
En mi pesquisa confirmé que la lágrima drena a una cavidad denominada saco lagrimal, y de ésta pasa al conducto lagrimo-nasal que drenará al meato inferior de la fosa nasal, en la nariz. Este es el motivo por el que cuando lloramos, moqueamos nuestras propias lágrimas. (A eso se refería con lágrimas sobrantes).
También descubrí que la cantidad de secreción lagrimal varía durante el ciclo de vida. De esta manera, en las primeras 24 horas ya hay secreción lagrimal, excepto en determinados prematuros. A los 25 años comienza a disminuir la producción lagrimal. A los 50 años el límite entre producción y necesidades. Y a los 75 años todas las personas padecen de ojo seco etario, es decir, se le acaban las lágrimas y debe recurrir a artificiales.
Además me enteré de algo que me dejó estupefacta: la producción es mayor en hombres que en mujeres. ¿Qué hacen con todas esas lágrimas?... silencio sepulcral.
En mi caso particular, mis lágrimas se mantienen en constante drenaje y hasta temo que se me acaben antes de tiempo por exceso de uso. Me declaro una llorona empedernida. Lloro hasta con jipíos viendo películas, leyendo libros, viendo las noticias, al ver a cualquier persona llorando(sin importar que no la conozca o no me identifique con el motivo de su llanto), al fijar la vista en un punto por una cantidad considerable de tiempo, por impotencia, pelando cebollas, por felicidad.... la lista es interminable, hasta pareciera que mis pupilas están siempre húmedas y listas para el aguacero.
No sé cuál será el origen de tanta sensibilidad o si será algo patológico, pero generalmente después de llorar me inunda una sensación de paz y calma, mis ideas aclaran y emerge una sensación de control.
!Que misterioso y perfecto es el cuerpo humano!
6 comentarios:
Wow Vi! Tu post no pudo ser mas apropiado...no se si creas en coincidencias, diosidencias o simplemente sea que el tema esta en boga, pero justamente una de mis metas para el año nuevo es la de hacer catarsis y llorar mas....es buen punto para comenzar!
jejej si necesitas, mis lágrimas están en oferta
wuaauu que interesante lo de las lagrimas , no sabia mucho de eso solo que eran saladas! un beso filomena!! que las lagrimas no esten de oferta
interesante tema... estoy como tu, no puedo ver a nadie llorando, es como la risa se me contagia de una vez... y hasta por enojo lloro (claro si es muy grande)...
pues opuesto a ustedes ami me cuesta llorar. Pienso que en una epoca llore tanto que mental mente le puse un tapon a mis lagrimales para que no salgan mas lagrimas de alli. ahora quiero desprender ese tapon y no se como. Hay veces que hasta me pellizco a ver si lloro, y nada, no salen....se me habran acabado?
jejjeje deberías ver la película The Holiday, porque lo mismo le pasa al personaje que interpreta Cameron Díaz. En la película su remedio fue Judd Law... ya te imaginarás
Publicar un comentario