martes, 10 de junio de 2008

Stop & Hear




Aquella podría ser una mañana más como otra cualquiera: un sujeto entra en la estación de Metro, va vestido con un pantalón vaquero, una camiseta barata y se sitúa cerca de la entrada...Extrae un violín de la caja y comienza a tocar con entusiasmo para toda la gente que pasa por allí, es la hora punta de la mañana.


Durante los 45 minutos que estuvo tocando el violín, fue prácticamente ignorado por todos los pasajeros del Metro. Nadie sabía que ese músico era precisamente Joshua Bell, uno de los mejores violinistas del mundo, ejecutando sin parar las piezas musicales más consagradas de la historia, con un instrumento muy especial, un violín Stradivarius, estimado en un valor de más de 3 millones de dólares. Unos días antes, Bell había tocado en La Sinfónica de Boston, donde los mejores lugares para el concierto costaban la bagatela de 1000 dólares la entrada.


Esta experiencia que ha sido grabada en vídeo, muestra a hombres y mujeres que caminan muy rápido, cada uno haciendo una cosa, pero todos indiferentes al sonido del violín...La iniciativa fue realizada por el Diario The Washington Post, con la finalidad de lanzar un debate sobre el valor del arte, y de su contexto. *



*Texto extraído del internet.


http://www.joshuabell.com/news/writer-gene-weingarten-explains-the-washington-post-joshua-bell-article

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me llega a la mente la frase aquella "Lo esencial es invisible ante nuestros ojos" o algo así creo que dice e el principito... y es verdad, lo realmente importante, pequeño y sencillo lo dejamos pasar y nos perdemos de momentos maravillosos por vivir en esta maldita cotidianidad y sumergido en la inmediatez

AlMa dijo...

wow!

esto me hace recordar como el otro dia en el subway (era el dia de los padres), quede tan fascinada con un Senor mayor cantando "mi viejo" que hasta perdi el tren....
Increible como la gente se jacta de decir que compro un boleto de $$X cantidad de dinero, pero subestiman la calidad del arte cuando es gratis...hummmmm

Filomena dijo...

Recuerdo también algo que leí sobre un gran músico que anunció un concierto en el que tocaría con uno de los violines más finos y costosos del mundo. Se llevó a cabo dicho concierto y al final el destrozó el violín, diciendo que en realidad era un violín barato.

Todo eso fue hecho para demostrar que lo que importa no es el instrumento sino las manos que lo tocan. Hace falta tener más en cuenta el lado humano y no lo material.