Filosofando en carrito de Hot Dog

Foto cortesía de Getty Images

- ¿De que sabor quieres el refresco?

- Coca Cola
- Ahhh nada más hay de uva
Moraleja: Así es la vida, crees que hay muchas opciones y al final tienes que coger lo que hay.


- ¿No le ponen de esas papitas?
- Si, hay papitas pero no hay
- ¿Osea que no le pondrás?
- Si, cuando tu vuelvas le pongo el doble
Moraleja: En la vida hay cosas que no están para ti, pero hay que tener paciencia porque Dios te lo da más adelanta duplicado


- Si compras la oferta te sale un chocolate
- Ahh si que bien
- Eso si, parece de colmado
- ¿Y cual es el problema con los chocolates de colmado?
Moraleja: La gente siempre asocia las cosas con su contexto, y en esa medida juzga su valor.

- (habla el guachi) Pero cuidado si esas dos son policías y te meten preso después de ese interrogatorio

- Usted no se meta, que usted es el que sigue
Moraleja: a) El que se mete donde no lo llaman algo se le pega b) El que no la debe no la teme.


- ¿Y cuántos hermanos tienes?
- 4
- ¿Eres el mayor?
- Como si lo fuera, pero tengo dos menores y dos mayores
- ¿Y como es eso que eres el del medio pero eres el mayor?
- Pues yo soy el que ha cogido más lucha.
Moraleja: El trabajo avejenta y madura a las personas. El que nace para estropajo, del cielo le llueven los trastes.


- Ay como que mi hotdog era más chiquito, se acabo de una vez...
- Ahhh po mira, aquí hay más, pide otro.
Moraleja: ¿Por qué cuando algo no nos satisface simplemente nos conformamos en vez de pedir más? ¿Sobre todo cuando estamos seguras de que si hay más?

Esta es la historia de como dos chicas cosmopolitas encontraron mayor entretenimiento y mejor conversación en un carrito de hot dog, que en un restaurante super top. Y de como hay gente que es feliz con tan poco, y a pesar de las vicisitudes afronta la vida con buen humor.

Dedicado a Patricio que nos enseñó tanto.