Imagen cortesía de Getty ImagesUn título muy sugestivo pero con un matiz un tanto diferente... y es que me refiero a la espectativa que tienen algunos centros de servicios de que uno se mantenga fiel a su empresa.
"Me pegaste unos cuernitos ehhhh" fue la expresión de la salonera cuando descubrió que me había hecho un nuevo corte de pelo en otro salón. Sin dejarme siquiera responder, lo subsiguiente fue un cúmulo de preguntas y comentarios, a manera de monólogo, en el que analizó cada hebra de mi cabello y concluyó que ella lo pudo haber hecho mejor.
Entonces mi pregunta es: ¿acaso infringí algún artículo del código ético salonístico? ¿Quebranté alguna ley de convivencia social?? ¿Debo recibir en lo adelante un peor servicio y ser chantajeada en todo momento? Mi opinión es que NO.
Sabemos que la fidelización de los clientes provoca mayor rentabilidad de los negocios, y concluyo que es una buena herramienta para la dirección estratégica (jejjeje sí, toy aprendiendo en la maestría). Pero en este país todo se lleva a los extremos, y para muestra la escena de celos (show) que me hizo mi peluquera el día de ayer.
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3 comentarios:
jajaja es verdaaaa!! dicen que "los muertos estan reviviendo" en mi salon... ya puedes deducir por ahi
me siento completa e indiscutiblemente identificada con esta entrada!!
esto es tan tan, que hasta llego al grado de inventarme excusas, un tanto absurdas a veces cuando voy a hacerme un servicio a otro salon que no es el acostumbrado: "Ah, es que una tia mia que vive en Jarabacoa vino a la capital y quiso inventar con mi cabeza! jeje"
si tu salonera hacía un mejor trabajo, era a ponerte el cabello de SEDA!
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