Se abrió la bóveda celeste
y cayeron gotas como elefantes.
Como diría Pedro Guerra
"Yo se que la lluvia lo moja todo"
Moja el suelo,
moja el carácter.
Todo se empapa,
se pone pesado,
se pone lento.
Se hace una grieta en el tiempo
y lágrimas escapan a borbotones.
Las nubes explotan:
!No puedo más!
Se descargan,
se relajan.
El sonido de la precipitación
ahoga la cotidianidad,
pertinaz
hasta rebozar los sentidos.
Humedece los sentimientos
los ablanda,
los afloja.
Dulce, sutil, balsámica,
así es la lluvia de hoy...
Luego, calabobos
y después, la calma.
9 comentarios:
No lo vas a lograr no me vas a deprimir!
Pero no es deprimente, es "dulce, sutil y balsámica"
Tú si que sabes interpretar la lluvia de buena manera.
Dice un mito aborigen, que no recuerdo a plenitud, que cuando el Dios de la vida no encontró respuesta para el desastre que había en la tierra, hizo llamar al Dios de la muerte, quien limpió congojas, maldad, sobrepoblación y caos, con días y más días del purgante por excelencia de la naturaleza... calabobos, sirimiri, diluvios o chubascos, la lluvia limpia el alma, y cuando nos déjamos mojar se nos renuevan las ganas y las esperanzas...
Así que, bienvenida lluvia.
Un abrazo, luv ur blog, Natalia.
Natalia, ese mito aborigen me recuerda bastante la historia bíblica del diluvio universal.
Enhorabuena lluvia =)
me encanta la lluvia, limpia las impurezas hasta los pensamientos...
sublime...
besos,versos y abrazos desde Sadalsuud...
Ahhhh la lluvia! No se pero hay algo en ella, sobre todo ese olor que despide la tierra mojada, me encanta el olor a lluvia, ahhh la lluvia... déjame dejarlo ahí :)
Me gustó el escrito, coincido un 99.99% con el.
Saludos!
Jajaja Saul, me pregunto cuál será el 0.01 % ???
Jajaja, lo de lento y pesado, funciona al revés conmigo.
:)
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